domingo, 26 de junio de 2011

SU CORDILLERA, MI CORDILLERA, TU CORDILLERA

Viendo el relato de uno de los supervivientes de los andes del año 72 (Carlitos Páez), la experiencia que vivieron un grupo de jóvenes deportistas y quieren transmitir al mundo es aleccionadora, ya que cuentan entre otras importantes cosas que en el día 10 luego de estrellarse el avión en la cordillera chilena - de los dos meses y medio (72 días) que pasaron perdidos - al ver que ya no los buscarían, asumieron buscar la salida por ellos mismos y no esperar sentados a que la ayuda les lloviera.

Otro asidero importante para ellos es lo que denominan "símbolos", por ejemplo mirar la luna sabiendo que esa misma luna la miraba su madre logrando así “conectarse” a la esperanza de salir de alli; aferrarse a algo constituyó el empuje para regresar con vida a la civilización aun cuando a lo largo de ese tiempo se les presentaron diversas situaciones que en algunos casos les ponía los pies en la tierra y asumían como un jalón hacia la humildad, dado que muchos de ellos venían de familias acomodadas; si esto los frustraba, el grupo se encargaba de sacarlo a flote e inyectarle nuevas esperanza para su lucha de la mano de la oración constante y la Fe en Dios.

Esta me resulta una historia fascinante, llena del más elevado espíritu de supervivencia nacido del interior de cada individuo y volcada hacia el grupo como una comunidad donde se necesitaban unos a otros. Refieren que cada quien tiene “SU CORDILLERA”, es decir, no por ellos haber vivido ese doloroso trance, se constituye en algo mas importante que las vivencias nuestras.

Al escuchar a Carlos Páez mientras narraba los difíciles momentos que vivieron, no puedo evitar recordar a mi madre en sus primeros meses de enfermedad, antes que tuviera dificultad motora; ella se ponía su mono, sus tenis y caminaba un rato en el garaje de la casa (de ½ a 1 hora) buscando fortalecer su organismo a través de la actividad física; Esa entiendo que fue su manera de enfrentar "su cordillera" hasta que la enfermedad la venció y mino su organismo en muy corto tiempo. Pero no solo de mami recuerdo vívidamente este empuje y no dejarse vencer, sino también de papi que durante muchos años, cada mañana salía a caminar en el terreno de la iglesia de las lomas, hasta que igualmente su salud se debilito y lo llevo a la cama hasta el final de sus días.

Este es el ejemplo de vida que cada cierto tiempo interiorizo y lo refiero a mis hermanos y sobrinos, amen de otras tantas acciones ejemplarizantes. Hoy con este escrito espero entiendan mi afán de renovar la fuerza interior de cada uno y de una vez y para siempre venzan “su cordillera”. LOS QUIERO MUCHO

En el siguiente link, escucharan la historia narrada en entrevista a Carlos Páez. Escúchenla

http://www.youtube.com/watch?v=PQ1iT29l3Ck

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